9 de julio del 2023 - El concepto de la Palabra es una parte importante de nuestra fe; como cristianos, no somos una "religión del libro", sino una religión de la Palabra, que es una Persona—Jesucristo, la Palabra Encarnada.
Cuando el Padre habló en la creación, surgió la palabra y el aliento: Cristo es la Palabra y el Espíritu Santo es el Aliento. Como tal, la palabra hablada es poderosa (como reflexionamos en la Sagrada Escritura). Pero para hacerlo aún más sagrado, la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros.
Ahora, en virtud de esa Encarnación, nuestro culto adquiere un nuevo nivel, superando con creces la liturgia de los hebreos que les sirvió de precursora. Porque Cristo descendió a nosotros en la carne, y ahora quiere que lo sigamos y volvamos a Él.
Esto se puede ver en la Liturgia de la Palabra, en la que Él nos habla, y más aún en la Liturgia de la Eucaristía, en la que Él desciende a nosotros y se entrega por completo a nosotros. Ahora, debido a la Resurrección, el Cielo está abierto para nosotros, y Cristo nos llama a seguirlo en palabra y obra.
¿Tomo en serio el poder de mis palabras y busco usarlas para la gloria de Dios y la salvación de las almas? ¿Reconozco cuán poderoso es que la Palabra se haga carne, como la mía? ¿Aspiro al reino de los cielos, ofreciendo a Dios mis palabras y mis obras?